El Pecado de Estela: Primera parte

EL PECADO DE ESTELA
PRIMERA PARTE




 
GUADALAJARA, JALISCO, MÉXICO



 
INT. / HOSPITAL DE GUADALAJARA, HABITACIÓN / NOCHE
 
En una de las numerosas habitaciones del centro hospitalario, Estela conversa con su madre, Ariana, quien está postrada en cama desde hace varias semanas. La mujer padece cáncer de pulmón y lleva un par de años batallando contra dicha enfermedad. Estela llora amargamente mientras toma de la mano a su madre.


 
Ariana: Hija, no voy a salir de aquí, ya sabes lo que han dicho los médicos… Esto no tiene cura ya. Es demasiado tarde.
 
Estela: Mamá, por favor, no me digas eso… por favor. ¿Qué voy a hacer sin ti? Mónica cada día está mas rebelde y no sé como manejarla.
 
Ariana: Esta en una edad muy difícil, ya este año comienza la universidad.
 
Estela: Y por si fuera poco mi esposo… Fernando creo que tiene otra, mamá. Hace tiempo que lo sospecho. Llega muy tarde a casa, siempre me dice que está con mucho trabajo, muchos viajes por todo el país… Estoy cansada, me siento cada día más sola.
 
Ariana: Debes ser fuerte Estela, tienes que serlo por ti y por tu hija. Si Fernando te engaña pues déjalo… Sepárate.
 
Estela: Ojalá eso fuera tan fácil… (Apenada)
 
Ariana: Estela, creo que ha llegado la hora de contarte algo muy importante hija, algo que creo que puede cambiar la vida y tal vez me odies por ello pero…
 
Estela: ¿De que estás hablando, mamá? ¿Por qué dices esas cosas?
 
Ariana: Yo sé que tu adorabas a tu padre, a Javier, que en paz descanse pero…
 
Estela: ¿Qué tiene que ver mi papá ahora con esto, mamá? No entiendo.
 
Ariana: Hija, Javier no era tu verdadero padre.
 
Estela: ¿Quéee? ¿Pero qué estás diciendo?
 
Ariana: Te he mentido durante toda tu vida, no me veía capaz de contarte la verdad, cariño pero es que… ya no puedo más, sé que voy a morir y debes saberlo, tienes que saber toda la verdad.
 
Estela: ¿De qué verdad hablas? ¿Quién es mi padre entonces?
 
Ariana: Yo me casé con Javier ya embarazada, él no lo sabía, le mentí pero es que… aquel hombre…
 
Estela: ¿Qué hombre?
 
Ariana: Se llamaba y se llamará si es que vive aún, Antonio Caicedo. En aquellos años yo era muy joven y muy ingenua. Fui de viaje a Colombia para estudiar durante un año en Medellín. Allá fue que conocí a Antonio.
 
Estela: Dios mío… (Llevándose una mano a la boca)
 
Ariana: Antonio y yo nos enamoramos y salí en estado pero yo no lo supe hasta que no regresé a México un mes después. Para entonces ya era tarde. Intenté localizarlo y… (Tosiendo fuerte)
 
Estela: Tranquila… despacio. ¿Quieres un poco de agua?
 
Ariana: No… estoy… estoy bien. Intenté localizarlo pero no lo conseguí. Por ese entonces tu padre, Javier, me propuso matrimonio y acepté. Estaba tan enamorado de mí que…
 
Estela: Dios mío, mamá.. ¿Cómo no me contaste esto antes por favor? ¿Cómo pudiste?
 
Ariana: Lo hice por tú bien no quería que sufrieras pensando en un padre que nunca ibas a conocer.
 
Estela: ¿Dónde vive? ¿Dijiste que se llama Antonio, Antonio Caicedo?
 
Ariana: Sí, imagino seguirá viviendo allá, creo que era de un pueblito llamado San Pedro de los  Milagros. En Antioquia. (Tosiendo fuerte de nuevo)
 
Estela: Mamá…
 
Ariana: Hija… búscalo, busca a tu padre y dile… (Tosiendo) Dile que nunca lo pude olvidar… que… dile que…
 
Pero en ese momento la máquina a la que está conectada Ariana comienza a dar rápidos pitidos y seguido uno continuo.
 
Estela: ¡Mamá!!! ¡MAMÁAA!!! ¡Responde, mamá!! ¡Enfermera!!! ¡Un médico por favor!!! ¡Ayudaaa!!! (Saliendo al pasillo gritando desesperada)
 
Escuchamos música incidental, un doctor y una enfermera entran corriendo en la habitación y auscultan a la paciente. Ya es demasiado tarde.
 
Doctor: Lo siento señora… Su madre… acaba de fallecer.
 
Estela: ¡Nooo!! ¡NO DIOS MÍO!! ¡MAMÁAAA! ¡NOOO!!!! (Llorando rota de dolor, da un puñetazo contra la puerta y cae al piso poco a poco destrozada en lágrimas)
 
 
AL DÍA SIGUIENTE
EXT. / CEMENTERIO DE GUADALAJARA / DÍA
 
Más de un centenar de personas presencian el funeral y entierro de doña Ariana Torres. Vemos a su hija Estela, toda de luto y con gafas de sol, acompañada de su marido Fernando y la hija de ambos, Mónica, una bella joven de 17 años. Los tres conversan en voz baja.


 
Mónica: Voy a echar tanto de menos a la abuela, papá… (Llorando se abraza a él)
 
Fernando: Lo sé, mi vida. Ariana era una gran mujer… Todos la vamos a extrañar. Pero ahora está en un lugar mejor.
 
Estela: Me marcho esta tarde a Colombia, Fernando.
 
Fernando: ¿Quéee? ¿A Colombia, a qué? Acabamos de enterrar a tu madre, Estela.
 
Estela: Mi mamá me dijo que debo ir allá en busca de mi padre biológico.
 
Mónica: Ay mami por Dios, tiempo tendrás de ir a ese país a buscar al tal Antonio ese. Que a lo mejor hasta se ha muerto también como la abuelita.
 
Estela: Mi madre me engañó durante años y me pidió en su lecho de muerte que la perdonara. Debo conocer a ese hombre, lo necesito.
 
Fernando: Don Javier era tu padre, mi amor. ¿O es que ya lo has olvidado? Él era tu único y verdadero padre.
 
Estela: Lo sé pero… Hija, por favor Mónica, acompáñame a Colombia. No quiero ir sola.
 
Mónica: ¿Quéee? Ni hablar, mamá, no pienso ir a ese país… ¿Qué se me ha perdido a mí en Colombia? No.
 
Estela: Está bien, veo que no puedo contar con ustedes para nada. Pues me voy sola… (Se marcha)
 
Mónica: ¡Pero mamá!! ¿Dónde vas? ¡Mamá!!
 
Fernando: Déjala mi amor, es mejor así. Ya se desengañara cuando llegue allá y no encuentre a ese tipo. Han pasado 40 años… Es una locura. Tu abuela nunca debió contarle esa verdad.
 
Mónica: Pues no.. Total. ¿Ya qué mas da eso ahora? Mamá se volvió loca.
 
 




SAN PEDRO DE LOS MILAGROS, ANTIOQUIA, COLOMBIA



EXT.  / IGLESIA DEL PUEBLO / DÍA


Es domingo, a la salida de misa, el joven sacerdote del pueblo, Pablo, conversa con varios feligreses. Entre ellos don Antonio, el padre biológico de Estela.


 
Marisa: Preciosa la misa de hoy, padrecito… Me encanta tenerle en este pueblo.
 
Elías: Yo todavía estoy en shock, amigo… ¿Hacerte cura? ¿A tu edad? Estás loco, Pablo, loco de remate.
 
Pablo: Jajaja. Ay ya Elías, ya no sigas molestando con eso. Fue mi decisión ir al seminario y hacerme sacerdote. Era mi vocación.
 
Antonio: Y pensar que anduvo de novio unos meses hace años con Natalia, la hija del panadero…
 
Pablo: Ni me la recuerden por favor… Ahora debo dejarles, tengo cosas que hacer. Nos vemos, que pasen buen domingo.
 
Elías: Al menos podremos quedar más tarde a tomar algo en el bar. ¿No?
 
Pablo: Claro, Elías, por supuesto. A las cuatro nos vemos por allá. ¿Te parece?
 
Elías: Perfecto, amigo. Nos vemos. (Se marcha)
 
Antonio: Y nosotros nos vamos para casa, esta tarde tengo que sembrar las patatas en la huerta y… Bueno usted sabe.
 
Pablo: Imagino. El trabajo del campo nunca para. ¿Cierto?
 
Antonio: Así es, padre.
 
Marisa: Un gusto verle padre Pablo, hasta la semana que viene.
 
Pablo: Chao, doña Marisa, chao don Antonio. (Sonríe amable)
 
El matrimonio se va de la iglesia. Pablo entra en el edificio y cierra las puertas.
 
 
EXT. / CARRETERA MEDELLÍN-SAN PEDRO DE LOS MILAGROS / DÍA
 
Por la tarde, a última hora, casi anocheciendo, Estela llega al pueblo manejando un coche alquilado horas antes en la ciudad de Medellín. La mexicana llega a Colombia dispuesta a encontrar a su padre.
 
EXT. / PLAZA DEL PUEBLO / NOCHE
 
Estela detiene el auto en la plaza del pueblo, ya casi no anda nadie por la calle, es noche cerrada. La mujer baja del coche y saca un par de maletas. Estela se encuentra con Elías.


 
Elías: Buenas noches, señora. ¿Forastera, cierto?
 
Estela: Buenas noches… sí… (Sonríe) ¿Sabe de alguna pensión en este pueblo o algo donde alojarme?
 
Elías: Puff… pues lo siento pero no hay nada de eso acá.
 
Estela: ¿Qué me dice? No puede ser… (Preocupada)
 
Elías: Pregunte en la iglesia, tal vez el padre Pablo le pueda echar una mano. El conoce mucha gente. Allá enfrente es. (Le indica)
 
Estela: Mil gracias joven… en serio…
 
Elías: Espero le puedan ayudar. Que pase buena noche, va a llover hoy… y mucho dicen. (Se va)
 
La pobre Estela camina hacia la iglesia y toca a la puerta pero nadie responde. Acto seguido se acerca a la casa que hay al lado del templo, la casa del cura. Estela toca al timbre y…
 
EXT. / CASA DEL CURA, PUERTA / NOCHE


 
Pablo: Hola… ¿En qué puedo ayudarle?
 
Estela: Ho… hola… (Sonríe)
 
Pablo: ¿Sí?
 
Ambos se miran a los ojos y se pierden en un cruce de miradas y sonrisas… Se gustan.
 
Estela: Es que… bueno la verdad yo… yo…
 
Pablo: ¿Qué le pasa señora? ¿La puedo ayudar en algo? Soy el párroco de este pueblo…
 
Estela: Ya.. ya lo veo, sólo que me lo imaginaba más… más… más mayor. Usted sabe.
 
Pablo: Jajaja. Eso me lo dicen mucho últimamente pero no, soy el único cura del pueblo y sí, soy joven pero bueno… Es lo que hay. (Sonríe)
 
Estela: Estaba buscando un lugar donde pasar la noche, acabo de llegar a San Pedro. Soy mexicana, de Guadalajara.
 
Pablo: ¿Y qué la trae por acá si puedo saber?
 
Estela: Me llamo Estela Santos. Estoy buscando a mi padre. Se llama Antonio Caicedo. ¿Lo conoce?
 
Pablo: ¡Claro que lo conozco! Antonio viene todos los domingos a la iglesia. Pero pase, que está empezando a llover bastante.
 
Ambos entran en la casa.
 
INT. / CASA DEL CURA, SALÓN / NOCHE
 
Pablo: Hay una recámara en la planta de arriba, si quiere puede dormir ahí esta noche. Yo le llevo sus cosas.
 
Estela: No.. no hace falta, gracias… Yo puedo. ¿Entonces le conoce?
 
Pablo: Si pero no sabía que tuviera una hija y mucho menos mexicana…
 
Estela: Es una larga historia… El ni siquiera sabe que yo existo. Mi mamá murió ayer y… me pidió que viniera a Colombia a buscarlo y conocerlo. Fue su último deseo.
 
Pablo: Comprendo… Bueno pues mañana la llevo a casa de don Antonio. ¿Quiere cenar algo?
 
Estela: No, gracias, cené en el aeropuerto de Medellín, antes de venir para este pueblo.
 
Pablo: Está bien…. Bueno pues subiendo las escaleras, es la primera puerta a la izquierda. El baño está enfrente. Cualquier cosa me llama, yo duermo aquí abajo.
 
Estela: OK, padre, mil gracias por su ayuda. No sé que habría hecho sin usted.
 
Pablo: Nada, no se preocupe… Estamos para servir a Dios y a los hombres. (Sonríe) Hasta mañana, Estela. Ah, por cierto, me llamo Pablo. (Le da la mano)
 
Estela: Encantada, padre Pablo. (Sonríe)
 
Ambos se miran y tardan en soltar sus manos, la atracción física entre ellos es inevitable.
 






AL DÍA SIGUIENTE
EXT. / FINCA CAICEDO, CORRAL / DÍA


 
Marisa está echándole de comer a las gallinas mientras conversa con su esposo, Antonio.


 
Antonio: Bueno pues yo me voy que todavía tengo tarea en la huerta. Elías viene a ayudarme con la siembra de patatas y zanahorias esta mañana.
 
Marisa: Creí que habían terminado ayer… Bueno pues nos vemos a la hora de comer, Antonio.
 
Antonio: Hasta luego, mi amor… (Se va y sube a un viejo tractor)
 
SAN PEDRO DE LOS MILAGROS
INT. / CASA DEL CURA, CUARTO DE BAÑO / DÍA
 
Estela se dispone a entrar al cuarto de baño cuando se encuentra con el padre Pablo en toalla a la cintura.


 
Estela: ¡Ay perdón, perdón!!! (Cerrando la puerta)
 
En el baño, Pablo se queda avergonzado y no se atreve a salir al pasillo.
 
Estela: En verdad que lo siento, padre, no era mi intención, no me imaginaba que estaría ahí metido… perdóneme, en serio. Soy una tonta.
 
Pablo: No pasa nada… no se preocupe… (Rojo) Enseguida salgo. Si no tiene mucha prisa, podría esperar abajo en la cocina. El desayuno está listo.
 
Estela: Ok, ahorita bajo. Y perdone de nuevo… (Avergonzada)
 
Y es que Estela se siente muy atraída por el joven párroco pero aunque Pablo también se ha fijado en ella, trata de no hacerlo debido a sus votos y profesión como sacerdote.
 
Poco después…
 
INT. / CASA DEL CURA, COCINA / DÍA
 
Pablo y Estela conversan mientras toman el desayuno.
 
Estela: Que ricas tostadas con mermelada… Y la leche… una delicia de desayuno, padre.
 
Pablo: Se lo debo a una de mis feligresas, doña Marisa, tiene una pequeña finca a unos kilómetros del pueblo. Mi amigo Elías trabaja allí y es quien me trae la leche, los huevos, las verduras…
 
Estela: ¿Elías no será un muchacho así joven como usted? Es que anoche me encontré un chico que me dijo que…
 
Pablo: Si la recomendó venir a la iglesia, era él, seguro. (Sonríe)
 
Estela: Jajaja, ya decía yo… Pero ahora sí, ya no puedo darle más molestias. Tengo que buscarme un hostal o algo donde alojarme estos días.
 
Pablo: En San Pedro no hay nada de eso… y el hostal u hotel más cercano está a 20 kilómetros.
 
Estela: Dios mío… ¿Y entonces qué hago?
 
Pablo: Quédese aquí en mi casa, no importa, no me molesta.  Es más me hace compañía.
 
Estela: Pero… y la gente… ¿Qué dirán de ver una mujer en casa del cura por Dios?
 
Pablo: Bah… no me importa lo que diga la gente… Usted es mi invitada y más si es hija del bueno de don Antonio.
 
Estela: Esa es otra, padre… ¿Cómo le voy a decir que soy su hija? No puedo presentarme así sin más en su casa y… no…
 
Pablo: Si prefiere que hable yo con él, Estela… tal vez pueda ir allanando el terreno.
 
Estela: Me haría un gran favor… Es que tengo miedo a que me rechace. El ni sabe que yo nací… Ni se imagina que tuvo una hija con mi mamá hace cuarenta años.
 
Pablo: Entiendo… Bueno pues si me disculpa, voy para la finca de don Antonio y hablaré con él. Usted si quiere puede darse un paseo por el pueblo y hacer mercado. Ahí dejé una lista, necesito carne, pan… Le daré el dinero, no se preocupe.
 
Estela: Ay no, si voy a ser su invitada, yo pago los gastos estos días, faltaría más, padre.
 
Pablo: Jajaja, está bien, como quiera. Ahora si, me marcho. Nos vemos más tarde. (Se va)
 
El joven cura sale a la calle y sube a su coche. Pablo pone rumbo a la finca de don Antonio.
 
 
EXT. / FINCA CAICEDO, HUERTA / DÍA
 
Antonio y Elías están sembrando patatas en la huerta. Ambos trabajan sin descanso. Don Antonio es un hombre muy humilde, apenas tiene unas cuantas hectáreas, un campo de manzanos y una docena de vacas y gallinas. Con eso viven él y su esposa Marisa pero aún así necesitan la ayuda de Elías, quien trabaja como peón en la finca.


 
Pablo: Buenos días, don Antonio. Elías… ¿Qué tal?
 
Elías: Hombre, Pablete… ¿Qué haces tu por acá, hermano?
 
Pablo: Vine a hablar con don Antonio… ¿Podrías dejarnos sólos, por favor?
 
Elías: Claro… (Se va)
 
Antonio: ¿Qué sucede padre? ¿Ocurrió algo en el pueblo? ¿Le pasó algo a mi mujer?
 
Pablo: No, nada que ver.. Todo está bien. Vine por que llegó ayer a mi casa una mujer mexicana que pregunta por usted.
 
Antonio: ¿Mexicana? (Nervioso)
 
Pablo: Se llama Estela… Ehm… no sé como decirle esto pero el caso es que ella afirma que es su hija.
 
Antonio: ¿Quéee? (Alucinado)
 
Pablo: Es lo que dice, y yo la creo, la siento sincera en sus palabras, la verdad se ve una buena mujer. Es elegante, bien vestida.. fina... Yo diría que es médico o abogada.
 
Antonio: México… una hija… No… Dios mío, no puede ser… no puede ser lo estoy pensando.
 
Pablo: ¿Qué ocurre don Antonio?
 
Antonio: ¿Dices que se llama Estela? ¿Cómo se llama su madre?
 
Pablo: Creo que Ariana…
 
Antonio: Dios mío… (Nervioso) Ariana… ¿En serio esa mujer es hija de Ariana?
 
Pablo: Si no me cuenta toda la historia no puedo ayudarles… lo siento.
 
Antonio: Ariana y yo tuvimos algo hace muchos años. Ella vino a Medellín a estudiar pero luego se tuvo que regresar a México y nunca más la volví a ver. No sabía que estaba embarazada y que…
 
Pablo: Entiendo… Estela se enteró hace poco. Lamentablemente su madre falleció.
 
Antonio: Pobre Ariana… (Triste)
 
Pablo: ¿Quiere conocer a Estela o que le digo? Ella no se atreve a venir acá.
 
Antonio: No lo sé… no sé que decir, qué hacer. Si mi esposa se entera me mata.. me va a matar.
 
Pablo: ¿Le fue infiel a doña Marisa con esa tal Ariana?
 
Antonio: ¡Nooo! Claro que no. Yo me casé con Marisa años después de aquello… Por supuesto que no la engañé, lo mío con Ariana fue años antes.
 
Pablo: ¿Entonces qué problema hay? No lo entiendo.
 
Antonio: ¿Cómo le digo a mi esposa que tengo una hija así sin más? No puedo hacer eso.
 
Pablo: Hagamos algo, esta noche puede venir a mi casa y conocerla en persona. ¿Ok? Si es quien dice ser pues… es fácil comprobarlo. SE hacen una prueba de ADN y listo.
 
Antonio: Esto no puede ser cierto… no puede ser… (Asustado)
 
Pablo: Debo irme.. A las siete a cenar en mi casa. No falte por favor.
 
SAN PEDRO DE LOS MILAGROS
EXT. / MERCADO DEL PUEBLO / DÍA

 
Marisa está comprando en el mercado en compañía de Natalia, una joven del pueblo. Ambas conversan mirando mal a Estela.


 
Natalia: ¿Qué dice Marisa? ¿Cómo que esa mujer pasó la noche en casa de Pablo?
 
Marisa: Es un escándalo, todo el pueblo habla del tema hoy… La vieron entrar anoche… Seguro tiene algo con él.
 
Natalia: No es posible… ¡Ahora mismo voy a confrontar a esa golfa recién llegada!!
 
La muchacha se va hacia Estela que está comprando pollo y carne de res en un puesto.


 
Natalia: ¡Oye tú, descarada!! ¿Se puede saber que haces en casa del cura, me puedes explicar?
 
Estela: Mira niña, no se quien eres ni me importa pero te exijo me respetes. A mi no me habla nadie así. ¿Ok?
 
Natalia: Escúchame bien desgraciada… No sé quien seas ni de donde has venido pero te largas de este pueblo pero ya. Nadie quiere un escándalo aquí. Pablo es sacerdote. ¡Sacerdote!!! No puedes estar en su casa así sin más, ambos bajo el mismo techo. ¡Eres una desvergonzada eh!!!
 
Estela: ¡Bueno ya basta!!
 
Natalia: Me llamo Natalia, y soy vecina de este pueblo. Todo el mundo habla hoy de ti y de Pablo… A saber lo que andarán haciendo en esa casa.. ¡Zorra!!! ¿Qué tienes con el cura, maldita golfa?
 
Estela: ¡A mi no me insultas tú, maleducada!! (Se acerca a ella) Yo no tengo nada con el cura. Si es un muchacho por el amor de Dios…
 
Natalia: Golfa… ¡Pablo y yo fuimos novios hasta que ese idiota decidió dejarme para ir al seminario!! Y ahora me vengo a enterar que tiene un lío con una… ¡CON UNA VIEJAA!!! (Mirándola de arriba abajo con desprecio)
 
Estela: Vieja lo será tu abuela, Natalia o como te llames. Me estás hartando ya.
 
Natalia: Compra lo que tengas que comprar y lárgate de aquí. Voy a hablar con el alcalde, todo el pueblo va a saber lo de ustedes.. ¡Todo el pueblo!!! (Se va furiosa)
 
Estela: Esa chica está completamente loca… loca como una cabra.
 
En esto se acerca doña Marisa.
 
Marisa: Mire… lo que le dijo Natalia lo pensamos mucha gente. Haga el favor de salir de esa casa y largarse del pueblo. NO está bien lo que está haciendo. ¡Pablo es cura, y sólo tiene 25 años!!!
 
Estela: Mire, no quiero discutir. Me voy… (Se marcha)
 
Marisa: Está advertida… Y quien avisa no es traidor. ¿Me oyó??
 

CONTINUARÁ…

Pero que bravas salieron la ex del padrecito y la esposa del, padre de Estela, mal pensadas y groseras, pobre de EStela y pensar que en el fondo si le gustó el padre y a él ella, un amor imposible, un pecado, pero pues en el corazón no se manda, ya veremos que sucede con este tema tan polémico.

Excelente gran estreno de la primera parte, felicidades

Te gustó la pareja Martha Julia, David Palacio y les hiciste historia

Voy a leer con más atención y regreso a comentar

GRacias por comentar Gloria, pronto la segunda parte.

A la espera

He movido la sección de cine aquí arriba para que esté más visible, por cierto las películas del festival serán movidas aquí mañana para que estén archivadas y sean fáciles de encontrar luego.

Perfecto